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Una Lección de las Golondrinas




Mirando las golondrinas en la esquina de nuestra cochera...
Los tres pajarillos en su nido aguardan... esperando solo una cosa: el alimento que les traerán papá y mamá.

Y mamá y papá, son un equipo. Un equipo muy diligente, dedicado a cumplir una única tarea. ¿La misión? Alimentar a sus polluelos para que crezcan y se conviertan en las golondrinas que el próximo año estarán haciendo la misma cosa que ellos. Criar a la siguiente generación.

Papá y Mamá golondrina cooperan, no para enriquecerse, hacerse famosos, ser de buen nombre... No, sino que trabajan para criar a sus polluelos, juntos.

¿No es esto lo que Dios describe como el rol de los padres en la familia? ¿De la unidad en el matrimonio? La crianza de los hijos es una comisión sumamente importante. Es de gran estima, algo inapreciable. No se puede llevar a cabo con éxito si no es con el poder de Cristo en la vida de dos creyentes. Creo que podemos aprender varias cosas de las golondrinas, y de muchos animales. La Biblia Dios nos da varias ilustraciones de nuestra vida práctica con ejemplos animalescos.

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

--Mateo 6:26--


Si Jehová no edificare la casa, 
En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad, 
En vano vela la guardia.
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
Y que comáis pan de dolores;
Pues que a su amado dará Dios el sueño.

He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.

Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.

Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;
No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta. 
--Salmo 27--

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Iturbide

 Por Natalia Santana Navarro                         Agustín de Iturbide nació en 1783 en Morelia. Nació dentro de la vida de un criollo: su padre, quien tenía amistad con el  cura Miguel Hidalgo, era español, mientras que su madre era criolla. A los 15 años de edad, Iturbide ya trabajaba y era buen jinete en el ejército.  Se casó los veintidós años con la hija de un importante comerciante y hacendado. El Virrey Calleja lo promovió a teniente del ejército a esa misma edad. Agustín Itrubide, quien  como soldado era exigente y cruel,   no perdía sus batallas. Y en lo político, Iturbide no simpatizaba con el movimiento Insurgente, parcialmente porque estos habían dañado propiedad de su padre. Fue el negarse a participar en la insurrección de 1810 que lo ascendió a capitán.                              Por ser acusado de hacer mal uso de recursos, fue expulsado del ejército. Sin embargo,  en 1820,  el Virrey Apodaca lo asignó   jefe de tropas para combatir al ejército de Vicente Gue